Que remarcable es la propiedad de la fe: un vivo pensamiento en Dios, la fe del corazón — y Él esta ya conmigo; el arrepentimiento sincero en los pecados — y Él esta conmigo; un pensamiento bueno y sentimiento piadoso — y Él esta conmigo. Pero el demonio puede entrar en mi por la falta de fe, dudas, pensamientos orgullosos, pecaminosos y viciosos. Resulta, que su poder sobre mi es limitado y depende de mi mismo. Prestando yo mas atención a mi estado, rezando mas a nuestro Señor Jesucristo, el demonio no tiene poder hacerme algún daño.
San Juan de Kronstadt